Las pesadillas atormentaban a Douglas Quaid de forma recurrente.Aunque jamás había estado en Marte, no dejaba de soñar que se hallaba en el planeta rojo, enzarzado en misiones peligrosas, entre agentes hostiles, junto a una deslumbrante mujer. Una vida, evidentemente, mucho más atractiva que la monotonía de un simple obrero de la construcción en la Tierra del año 2089. Pero que podía llevarle a la locura.Hasta que decidió recurrir a Rekall, una empresa capaz de materializar los sueños imposibles de sus clientes, y cuyo lema era: "Podemos recordarlo todo para usted". Y ahí fué donde empezaron realmente sus problemas...