Las estaciones de radio y televisión de todo el mundo llevaron este corto y terrorífico mensaje: Los visitantes eran telépatas. Esos niños de otro tiempo, de otro planeta, eran capaces de leer la mente humana. Eran totalmente invencibles. Y eran infinitamente temidos... En el Pentágono y en el Kremlin, los altos personajes estaban preocupados por la divulgación de todos los secretos. Los amos del bajo mundo se dieron cuenta que los niños podrían desbaratar sus planes más ambiciosos... Y aun los ciudadanos más comunes, se estremecieron ante la posibilidad que fueran descubiertos sus pecados más miserables. Así, cuatro niños de corta edad, llegaron a ser odiados por el mundo entero. Toda una civilización deseaba su muerte.