Jack Isidore no ve el mundo como la mayoría de las personas. Según su cuñado Charley, es un artista de mierda, que está obsesionado con sus propias teorías e ideas extravagantes, que registra celosamente en sus muchos cuadernos. Está tan mal preparado para la vida real que su hermana y su cuñado se sienten obligados a rescatarlo.
Pero aunque Fay y Charley Hume presentan una cara feliz al mundo, demuestran que están tan aislados de la realidad como él, sujetos a unas obsesiones que solo son un poco más aceptables que las de Jack, pero mucho más desagradables. Sus luchas y traiciones constantes demuestran ser una amenaza para su propio matrimonio y las relaciones de todos los que los rodean. Cuando se llevan a Jack a su casa, éste se encuentra en medio de una vorágine de angustia burguesa de la que quizás no podrá escapar.