Los padres de Pierluigi están extrañamente de buen humor, porque acaban de decidir que irán de vacaciones a Banalia: no está demasiado lejos pero tampoco demasiado cerca; agradable pero no inolvidable; y con playa, pero no especialmente bonita. ¿Por qué ir entonces?
Pierluigi está aburridísimo. Y también lo están sus nuevos amigos: los gemelos Edoardo y Everardo, y la valiente Margherita. Hasta que un día descubren algo raro en Banalia: los niños tienen TOTALMENTE PROHIBIDO LEER LIBROS.
Al principio no parece gran cosa, pero pronto los cuatro se involucran en misiones ultrasecretas, reuniones clandestinas, persecuciones, robos de libros e incluso profecías. Porque la lectura, por supuesto, es una de las aventuras más apasionantes de todas.