La radiactividad ha esterilizado a todo el género humano; la guerra y la desesperación reinstauran la barbarie. No nacen más niños, y en pocos años las ciudades se convierten en ruinosos asilos de ancianos abocados a la más patética extinción. Como cruel contrapunto a la decadencia del hombre, la naturaleza, rotas las cadenas de la civilización tecnológica, se expande y rejuvenece. En este marco dantesco, un hombre parte en busca de su libertad y de su identidad, por una Inglaterra salvaje y hostil.