¿Es Akasha una novela de ciencia ficción con elementos de novela negra? En la nueva era el bien más valioso es el alma de las personas.
En una existencia que no se rige por la regla del tiempo lineal, es necesario iluminar el instante para diferenciar el Bien del Mal. ¿Las especies extinguidas que poblaban la Tierra las distinguían? ¿Lo hacía el lobo y el león? ¿Y los supervivientes de las Guerras? ¿Acaso las estaciones orbitales que controlan el poder político, económico y militar?
En una Tierra que se extingue, la Iglesia del Nuevo Renacer, guiada por el Reverendo, detenta el poder sobre la inmortalidad controlando los registros akashicos. Las cosas siguen siendo como hay sido toda la Historia humana.
En un tiempo y un espacio que se desintegran, la memoria del Universo marca el pasado, el presente y el futuro. En el impacto que se avecina, la akasha de Raiden luchará por salvar el bien más valioso: la comunión de su alma con la de su amada, Akira. Porque solo las almas viejas son eternas.
El autor comienza con una pregunta: “¿Realmente vivimos antes de morir?” Para descubrirlo, el protagonista, al modo de Orfeo, deberá bajar hasta el inframundo para así poder salvar a su amada Eurídice. Pero en un tiempo futuro muy relacionado con el nuestro. Un sci-fi noir en un universo que por momentos resulta pulp pop.